
Nuestros Mitos

Tau y Kerana
Dícese que El Creador, creo al "Angatupyry” (El Espíritu del Bien) y también a "Tau” (El Espíritu del Mal).
Marangatu, descendiente de Dios tenía una hija, dueña de una extraordinaria belleza, quien por pasar la mayor parte del tiempo dormida, era conocida con el nombre de "Kerana” (Dormilona). Tau, Espíritu Maligno, al conocer a Kerana, quedó deslumbrado por tanta belleza al punto de enamorarse perdidamente, tanto que, que decidió adoptar la apariencia de un honesto y correcto caballero y así fue a llevar sus saludos a Kerana.
Transcurrido una semana, Angatupyry, espíritu del bien, decide rechazar las atenciones de Tau, quien ignorando dicho rechazo decide ir hasta el extremo y amenaza con raptar a Kerana, Angatupyry, responde a esta amenaza y así se enfrentan en una dura y larga lucha por siete días y sus noches, al fin de la cual Tau, supera a Angatupyry utilizando la ayuda de Pytajovái (Espíritu de las peleas y el coraje).
Pasada tal contienda y sintiéndose Victorioso, Tau cumple la amenaza y toma en rapto a Kerana a quien convierte en su esposa, al conocer esta noticia, Arasy, (Madre de los cielos) apartó por un instante al Alma de Tau y lo Maldijo diciéndole que sus descendientes, serían "monstruosos”.
Y así sucedió, Tau y Kerana tuvieron siete hijos, los siete prematuros y todos ellos con aspectos sorprendentes…
Éstos son los hijos de Tau y Kerana: Teju Jagua, Mbói Tu’î, Moñái, Jasy Jatere, Kurupi, Ao-Ao y Luisô.
Teju Jagua:
Su cuerpo corresponde al de un Lagarto Gigante, hay quienes dicen que su cabeza, similar al de un Perro es UNA sola, mientras que hay quienes dicen que SIETE son las cabezas.
Teju Jagua: Protector las Cuevas de Piedras y de las Frutas.
Mbói Tu’î:
Una gigantesca serpiente, con cabeza y pico similar al de un loro.
Mbói Tu’î: Protector de los animales terrestres y acuáticas, también de los que habitan las lagunas y pantanos, como también, protege el rocío y las flores.
Moñái:
Se parece a un enorme Monstruo con el cuerpo cubierto de largos y gruesos pelos. Se dice que una vez, fue sorprendido en una caverna donde se le dio muerte y fue incinerado, desde entonces ese lugar es conocido como "Moñaikuare” (Nido del Moñái).
Moñái: Protector de aire y las aves. Se dice que ampara a ladrones y malvivientes.
Jasy Jatere:
Porción de luna. Niño de largos y dorados cabellos y ojos azules. Se moviliza en el bosque sin ropas, llevando en su mano una rama de yerba, hay sin embargo quienes aseguran que es un Bastón hecho de oro puro, el que le otorga grandes poderes. En las siestas, sorprende a aquellos rebeldes niños que no duermen la siesta, y por medio de engaños, los interna al bosque donde se entretienen consumiendo miel de abeja y haciendo travesuras, una vez cansados, el Jasy Jatere acostumbra abandonar a su víctima, quien se le hace muy difícil encontrar el camino de regreso. Además se cuenta que si el Jasy Jatere besa a su víctima en la boca; éste, pierde el habla.
Kurupi:
Joven de baja estatura, su cuerpo, cubierto de una piel áspera y peluda. Por las siestas, busca a incautas e inocentes jovencitas, a las que captura utilizando como "lazo” su largo pene, el que por ser extremadamente largo siempre lo lleva envuelto en su cintura, una vez inmovilizada, la atormenta, la enloquece y abusa de ella hasta separar el cuerpo del alma y buscando reproducirse.
Kurupi: Protector de los Bosques y los que los Habitan.
Ao- Ao:
Hay quienes dicen que es un pastorcito de ovejas, o bien que protege a las manadas de jabalíes, así mismo hay quienes aseguran que siempre está protegiendo a los aborígenes. Sea como sea, lo cierto es que por haber cada vez más habitantes, Ao- Ao ya no encuentra lugar donde vivir, razón por la que convierte a quien encuentra en su camino, en Un apetitoso menú y aunque el desafortunado busque salvar su vida subiéndose a algún frondoso árbol, Ao- Ao, sacudiéndolo logra arrancar y capturar a su víctima, siendo la única manera de salir del apuro trepándose a una planta de Pindo (Palmera).
Ao- Ao: Protector del Medio Ambiente.
Luisô:
Hombre delgado y alto con semblante pálido y fétido aroma, en las noches de luna llena, sufre una horrible transformación, convirtiéndose en un cuadrúpedo parecido a un enorme perro, hurgando los cementerios en busca de cadáveres. Se dice que si una mujer da a luz siete hijos varones seguidos, indefectiblemente habrá entre éstos UN LUISÔ. Algunos relatos dan cuenta de que si el Luisô logra pasar por entre las piernas de algún descuidado se libra de la maldición trasladando el mal al que fuera sorprendido.
Traducción al Español: Juan Ramón Fariña